Anemia por Deficiencia de Hierro (Anemia Ferropénica)
El tipo de anemia más común, causado por la falta de hierro para producir hemoglobina.
Explicación General de la Enfermedad

La anemia por deficiencia de hierro, también conocida como anemia ferropénica, es el tipo de anemia más común en todo el mundo. Se produce cuando el organismo no tiene suficiente hierro para fabricar hemoglobina, la proteína de los glóbulos rojos encargada de transportar oxígeno. Sin hierro adecuado, el cuerpo produce glóbulos rojos más pequeños y con menor contenido de hemoglobina (llamados microcíticos e hipocrómicos), lo que resulta en una menor capacidad de la sangre para llevar oxígeno.
Esta anemia puede afectar a personas de todas las edades, pero es especialmente frecuente en mujeres en edad fértil (debido a las pérdidas de sangre menstruales) y en niños pequeños y adolescentes (por sus mayores requerimientos de crecimiento).
Causas y Factores de Riesgo
La causa fundamental es la falta de hierro en el organismo, que puede originarse por varias vías:
- Pérdida de sangre excesiva: Es la causa más común en adultos. Las mujeres pueden perder hierro por menstruaciones muy abundantes o frecuentes. Otras fuentes de sangrado crónico incluyen sangrados gastrointestinales (úlceras, gastritis, hemorroides, pólipos o cáncer de colon) que a veces pasan inadvertidos. Donaciones de sangre muy frecuentes también pueden agotar las reservas de hierro.
- Aporte insuficiente en la dieta: Consumir muy pocos alimentos ricos en hierro puede llevar a deficiencia, especialmente en etapas de alta demanda. Las dietas estrictamente vegetarianas o veganas mal planificadas son un factor de riesgo si no se reemplazan adecuadamente las fuentes de hierro. Los bebés alimentados exclusivamente con leche de vaca (pobre en hierro) o niños con dieta limitada pueden desarrollar ferropenia.
- Problemas de absorción intestinal: Aunque la dieta sea adecuada, ciertas condiciones impiden absorber el hierro. Enfermedades como la celiaquía o la enfermedad de Crohn, que dañan la mucosa intestinal, pueden causar mala absorción de hierro. Cirugías gastrointestinales extensas (como bypass gástrico) también reducen la capacidad de absorción.
- Aumento de la demanda: En situaciones como el embarazo y la lactancia, el cuerpo necesita más hierro de lo habitual para el feto o la producción de leche. Si no se aumenta la ingesta de hierro acorde a esta demanda, puede aparecer anemia. Los niños en crecimiento rápido y los adolescentes también requieren más hierro.
- Reservas insuficientes al nacer: Los bebés prematuros o de bajo peso pueden tener menos hierro almacenado y desarrollar anemia ferropénica en sus primeros meses de vida si no reciben suplementación.
A menudo coexisten varios de estos factores. Por ejemplo, una mujer embarazada con dieta baja en hierro tiene doble riesgo. También ciertos medicamentos (como el uso crónico de aspirina o ibuprofeno) pueden causar micro-sangrados gastrointestinales y contribuir a la pérdida de hierro. En muchos casos, la deficiencia de hierro se instala lentamente y el cuerpo va agotando primero sus reservas (ferritina baja) antes de que se manifieste la anemia en sí.
Principales Síntomas
En etapas iniciales la anemia ferropénica puede ser leve y pasar desapercibida. A medida que progresa, aparecen síntomas generales de anemia: fatiga constante, debilidad, piel y mucosas pálidas, falta de aire al hacer esfuerzos, mareos y dificultad de concentración. Son característicos también los dolores de cabeza frecuentes y sensación de frío en extremidades.
Además, la deficiencia de hierro puede provocar síntomas particulares:
Síntomas Específicos de Ferropenia
- • Pica: Deseo de comer sustancias no nutritivas (hielo, tierra).
- • Alteraciones en uñas y cabello: Uñas quebradizas o en forma cóncava ("en cuchara") y caída de cabello.
- • Glositis y queilosis: Lengua inflamada y dolorosa, y grietas en las comisuras de los labios.
- • Síndrome de piernas inquietas: Sensación de inquietud o movimientos incontrolables en las piernas al descansar.
Signos de Anemia Severa
- • Palpitaciones o dolor en el pecho por esfuerzo (angina).
- • Desmayos.
- • Heces oscuras (melenas) o sangre en las heces si la causa es sangrado gastrointestinal.
- • Menstruaciones más escasas a medida que la anemia empeora.
Métodos Diagnósticos
El diagnóstico comienza con un hemograma completo, que típicamente mostrará una hemoglobina baja y glóbulos rojos de tamaño reducido (microcitosis) y con menor pigmentación (hipocromía). Un hallazgo clásico es un ancho de distribución de glóbulos rojos elevado (RDW).
Confirmada la anemia, se realizan estudios específicos de hierro:
- Hierro sérico y ferritina: La ferritina es el indicador más útil de las reservas de hierro; suele estar baja en anemia ferropénica. El hierro sérico también estará bajo.
- Capacidad total de fijación de hierro (TIBC): Estará elevada, indicando que la sangre “está ávida” de hierro.
- Saturación de transferrina: Suele estar disminuida.
- Recuento de reticulocitos: Suelen estar normales o bajos, indicando producción insuficiente.
- Examen de médula ósea: Rara vez es necesario, pero confirma la ausencia de depósitos de hierro.
Además, el médico buscará la causa subyacente mediante una historia clínica minuciosa y, posiblemente, estudios como endoscopía, colonoscopía o estudios ginecológicos.
Tratamientos Habituales
El pilar del tratamiento es reponer el hierro faltante y corregir la causa. Las medidas habituales incluyen:
- Suplementos de hierro: Se prescribe hierro por vía oral (tabletas o jarabes) durante varios meses, incluso después de normalizar la hemoglobina, para reponer los depósitos. Es ideal tomarlo con el estómago vacío o con jugo de naranja para mejorar su absorción.
- Hierro intravenoso: Se administra si la anemia es muy severa, si el paciente no tolera el hierro oral o si necesita reponerlo rápidamente (ej., embarazo avanzado).
- Tratamiento de la causa: Es esencial. Por ejemplo, tratar una úlcera, manejar la menorragia con tratamientos hormonales, o iniciar una dieta sin gluten en casos de celiaquía.
- Dieta rica en hierro: Como complemento, se aconseja consumir carnes rojas, hígado, pescado, mariscos, legumbres y verduras de hoja oscura.
- Transfusiones sanguíneas: Solo se utilizan en casos de anemia muy grave con síntomas importantes o riesgo para la vida.
Con el tratamiento adecuado, los síntomas mejoran en semanas y la hemoglobina suele normalizarse en 2 a 3 meses.
Recomendaciones para Pacientes
Cumplir el Tratamiento
Tome los suplementos de hierro tal como fueron recetados, sin suspenderlos antes de tiempo. La constancia es clave.
Alimentación Adecuada
Incorpore alimentos ricos en hierro y vitamina C. Evite consumir té o café inmediatamente después de las comidas principales.
Controlar la Causa
Si sus menstruaciones son abundantes o tiene una condición de sangrado, siga el tratamiento correspondiente para prevenir nuevos episodios.
Estilo de Vida y Prevención
Descanse lo suficiente y evite ejercicios extenuantes mientras esté anémico. En grupos de riesgo (embarazo, dietas veganas), considere suplementos preventivos bajo supervisión médica.
Estadísticas Relevantes
Prevalencia Global
Impacto en Desarrollo
La anemia ferropénica es la deficiencia nutricional más extendida del mundo y representa más de la mitad de todos los casos de anemia globalmente.
En América Latina, afecta aproximadamente al 15-25% de las mujeres y 2-8% de los hombres. La prevención y tratamiento oportunos pueden reducir significativamente estas cifras y mejorar la calidad de vida de millones de personas.

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